La crème brûlèe es uno de los más representativos postres franceses, también de los más tradicionales, pues ya aparece publicado en un libro de 1691, "Nouveau cuisinier royal et bourgeois" de François Massialot, el cocinero de Felipe I de Orleans. Se trata de una crema pastelera elaborada con nata que se hornea al baño maría y se termina con una capa de azúcar quemado dando lugar a una deliciosa combinación de texturas y sabores. Es una elaboración sencilla que apenas necesita cuatro ingredientes pero que requiere una cocción precisa para que el resultado sea extremadamente cremoso.
100g de azúcar
500ml de nata
5 yemas
1 vaina de vainilla
ELABORACIÓN
1. Empezamos infusionando la nata con la vaina de vainilla. Para ello ponemos la nata en un cazo y la ponemos en un fuego suave, sin que llegue a hervir le incorporamos la mitad de una vaina de vainilla junto a las semillas que sacamos con una puntilla, dejamos esta infusión durante un rato, mientras vamos preparando el resto. Otra manera de infusionar es hacerlo en frío, metiendo el cazo con la nata y la vainilla en la nevera durante varias horas o toda la noche si tenemos tiempo.
2. En un bol ponemos las yemas y las blanqueamos con el azúcar.
3. Volcamos la nata colándola sobre las yemas al tiempor que removemos
4. Con esta crema llenamos los moldes que deben, obviamente, ser aptos para el horno, como ramequines o pequeñas cazuelas de barro.
5. Ponemos los moldes en una fuente honda para horno y la llenamo con agua caliente hasta la mitad de la altura de los moldes.
6. horneamos a 100ºC durante 2 horas aproximadamente, la temperatura interior de la crema debe ser de 84ºC
7. Dejamos que se enfrien a temperatura ambiente. Antes de servir cubrimos la superficie con una capa de azúcar y la quemamos con un soplete. Si no dispones de soplete la puedes tostar en el grill de horno durante unos minutos
Espolvoreamos con azúcar la superficie de la crema
Quemamos con un soplete